Capítulo 2º

Nada es gratuito en la vida; por algo la “Honor de Miengo” tiene sangre noble en los censos de población, repletos de Hidalgos en aquellos años. De aquí no sólo salió la elástica madera de haya para construir los remos de las chalupas, sino también las tripulaciones para enrolarse en los sueños del nuevo mundo.

Protagonistas de epopeyas militares, dejaron escritas páginas gloriosas en la laureada trayectoria de la Armada Española, con brillantes singladuras, dando prestigio a los marinos montañeses, en la historia de las grandes batallas en la mar, como la protagonizada por el Cántabro, Felipe Jado Cagigal, Comandante del San Agustín, artillado con 64 cañones, fundidos de hierro gris en la Cavada. Uno de ellos fue el primero en abrir fuego en la mítica batalla de Trafalgar, el 21 de Octubre de 1810.El San Agustín, víctima de los daños del enfrentamiento bélico, después de perder 180 hombres de su dotación y con 200 heridos, se fue al fondo del mar, pero, antes de hundirse, dejó flotando en nuestra memoria, el honor de disparar el primer cañonazo en el combate naval más famoso de la historia.......

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