Capítulo 6º

Los años vividos desde la ausencia de su hijo, fueron para Castelar un desamarre sentimental. Ante la marcha de Campanal, Machaco intuía que la vocación tabernera de Castelar pretendía aliviar el zozobrado ánimo de su querido amigo.

Aquel vacío no era óbice para que Castelar, acompañando a sus animosos camaradas, cuando la ocasión lo demandaba, también cantase con alegría: “Al amaneceeer se maaaarcha el tren, se vaaa mi amor, y yooo me vooooy con él”.

Tuvo que pasar tiempo, muchísimo tiempo; a Castelar le pareció una eternidad porque aquel sentir doloroso que le taladraba por dentro, acordándose de Campanal, le hacía evocar continuamente: - ¿Dónde estará? La onda martirizante de aquel pensamiento resonaba en su conciencia y, permaneciendo callado en prolongados momentos, le hacía evadirse de una realidad que flotaba entre dos aguas: la nostalgia y el anhelo del reencuentro.

Cuandopasaban estos episodios, Paulinuco, ocurrente, cautivador, jovial y hábil comunicador, y buscando el momento oportuno, siempre encontraba las palabras exactas para su amigo, devolviéndole el ánimo perdido al recordar la etapa en la que colocaban “ corrales”en la Ría de San Martín.....

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