Capítulo 7º

Si de algo podía presumir Tolín, el veterinario de Polanco, era de su fama como cuidador excepcional de las vacas de la comarca.

Conoce todas las cuadras de su demarcación al milímetro, viviendo en ellas más que en su propia casa.

Amante de su profesión como ninguno, se ganó la simpatía y la admiración de los ganaderos de todas las estabulaciones de la zona.

Mostraba un carácter amable y una forma de ser tan sencilla y accesible a todos los paisanos que, todo ello, mezclado con una infinita generosidad, hicieron del veterinario un ser muy considerado en la cabaña ganadera de todo el Ayuntamiento.

Sus sobresalientes aptitudes profesionales y cualidades humanas excepcionales - por si era poco - se sumaban a una brillante formación académica. Con un destacado expediente fin de carrera se licenció en Veterinarias en la Facultad de León. Anteriormente ya había cursado interno el Bachiller, en el colegio santanderino: “Padres Escolapios”.........

©elcuradecudon - estadísticas -